Blogia
topolinolozanitos

Crónica de una sociedad desquiciada: de la República de Weimar al Tercer Reich

 

Tras la derrota en la primera guerra mundial,  Alemania acató las condiciones del tratado de Versalles y pasó de ser oficialmente el Imperio Alemán a convertirse en la República de Weimar, un experimento de implantación de la democracia en una sociedad carente, por aquel entonces, de la madurez necesaria que garantizara su viabilidad a largo plazo y que sería el principal factor que permitiría con posterioridad la involución en la que a través de un proceso electoral, la República de Weimar fue sustituida por el Tercer Reich, un sistema de gobierno totalitario que tiene el "honor" de haber sido la mayor abominación de la historia contemporánea. Para comprender este fenómeno es necesario conocer la historia y los acontecimientos que sucedieron en la República de Weimar, algo que por lo general la historia ha relegado a un segundo plano, ya que la posición que ocupa la República de Weimar en  el eje temporal de la historia, ubicada en el periodo de entreguerras y eclipsada por el marco institucional posterior, el Tercer Reich, hicieron que esa etapa pasara casi desapercibida. En esta bitácora trataremos de establecer las circunstancias en las que se vio envuelta la República de Weimar y como influyeron a la deriva totalitaria posterior.  

 

Las causas que explican porqué se dio este proceso en Alemania son acontecimientos históricos que tuvieron una serie de repercusiones sociales que fraguarían el pensamiento de la sociedad alemana, los acontecimientos son: La tardía unificación de Alemania, al ser una nación "recién nacida" los sentimientos nacionalistas y patrióticos estaban a flor de piel en la población del país. La estructura feudal a partir de la cual se desarrolló su economía capitalista en un clima de Konfliklose (sin conflicto) caldo de cultivo de posteriores desequilibrios. Alemania es un país resultado de un proceso de unificación liderado por la antigua Prusia, con el objetivo de que esta se convirtiera en una gran potencia de modo que Alemania se dedicó principalmente a la política exterior y dejó a un lado su política interior. En 1871 con el fin de la guerra Franco-Prusiana Alemania obtuvo un triunfo militar, a continuación se formó el estado, pero los agentes que permitieron que Alemania alcanzara estos objetivos, las clases medias, no consiguieron la correspondiente parte proporcional de poder político, de modo que la clase media alemana produjo consecuencias graves en las que estos cambiaban sus derechos políticos  por ventajas económicas. El marco institucional del Imperio alemán se sostenía en una constitución de carácter autoritario, en la que a pesar de estar reconocido el sufragio universal masculino, cualquier oposición política al gobierno era sinónimo de antipatriotismo (Bismarck consideraba a los socialdemócratas como  "vagabundos sin patria"), de modo que la "democracia" en el Imperio Alemán era la existencia de un solo gobierno sostenido por el sufragio universal con una población a la que se la bombardeaba constantemente con una propaganda en contra de la alternancia del gobierno y silenciando a las voces discrepantes (Konfliklosigkeit).

 

Después de finalizar la primera guerra mundial y de la derrota de los imperios centrales, la mayoría de los alemanes se convirtieron a una auténtica democracia representativa, incluso las denominadas "clases nacionales" para conseguir unas condiciones de paz más favorables y resguardarse del bolchevismo del este. Este es el comienzo de la República de Weimar, se convirtió en la primera ocasión que tuvo Alemania de alternar partidos políticos en el gobierno. Los socialdemócratas, liberales de izquierdas y católicos de centro, que habían estado permanentemente en la oposición accedían al poder. El periodo de 1918-1919 fue un primer año en el que se produjeron escaladas de violencia entre movimientos de derecha e izquierda, el 29 de octubre de 1918 estalló una rebelión en parte del ejército, el gobierno arrestó a los amotinados, como respuesta obreros y militares se agruparon en concejos similares a los Soviets y tomaron el control de diversas ciudades de entre los cuales tiene especial relevancia el concejo que tomó el control la ciudad de Munich y dio lugar a la República Soviética de Baviera, la simpatía ideológica que mantenían estas asociaciones hacia la Revolución de 1917 asustó a las clases altas y a la burguesía. Es por eso que se transfirió el gobierno a Ebert un socialdemócrata que decía que "odiaba cordialmente la revolución social" aceleró los procesos para que se produjeran unas elecciones parlamentarias y puso fin a los concejos.

 

Entre las figuras ideológicas más relevantes de la izquierda durante la república de Weimar estaban Theodor Wolf, Ernst Toller que estaba al extremo opuesto de Ebert y Rosa Luxembourg, cada uno de estos pensadores oscilaba entre el socialismo revolucionario y la socialdemocracia ubicándose preferentemente en una u otra posición. A pesar de esas divergencias ideológicas los grupos más reaccionarios no dudaban en tacharlos a todos de escoria marxista, estos mismos grupos fueron los que  divulgaron teorías conspirativas según la cual Alemania no había sido derrotada en la guerra sino apuñalada por la espalda por políticos traidores como Ebert. Y como se dio la coincidencia de que tanto Toller, como Rosa Luxemburg y Wolf eran judiós y habían participado en la creación de la constitución de Weimar, la república de Weimar empezó a ser calificada como "República Judía". Esas ideas empezaron poco a poco a extenderse y en algunos casos se manifestaban en forma de terrorismo como fue el asesinato de Rosa Luxemburg, Erzberguer y Rathenau y a modo de golpe de Estado en el sangriento putsch de Munich protagonizado por Hitler, este terrorismo de extrema derecha fue tratado con una enorme indulgencia por parte de los tribunales que ponían de manifiesto un defecto grave de Weimar y era que aunque su poder ejecutivo y legislativo era de carácter democrático el poder judicial mostraba un cariz antidemocrático. La caída de la República de Weimar se produjo en dos etapas, la primera etapa, antes de la Depresión, en la que había una tolerancia por parte del pueblo a la República y con la oposición frontal de la élite, y la segunda etapa a partir de 1925 en la que la idea republicana tenía tan poca fuerza que el ex mariscal Hindenburg pudo ser elegido presidente del Reich en unas elecciones en las que este hombre, considerado prácticamente un monumento nacional, no realizó ningún esfuerzo en atraerse votos. Los conservadores apoyaron unánimemente al nuevo presidente mientras que los republicanos se dividían entre quienes lo detestaban y quienes veían en Hindenburg una posibilidad de calmar a las clases nacionales en su hostilidad a la República.

 

Otro elemento importante a destacar sobre Weimar es su evolución económica, después de la primera guerra mundial la economía alemana había estado llevando a cabo una suave pero continua recuperación económica basada sobre todo en su industria pesada, este proceso en la etapa 1925-1929 se convirtió en un periodo de importante crecimiento económico, una vez levantada la ocupación francesa del Rhur, pasado un periodo de aguda inflación, aplicándose las políticas del plan Dawes para facilitar la inversión extranjera, la industria aplicó planes de racionalización, y todo ello dio como resultado que en 1927 el índice de producción fuera superior al que presentaba Alemania antes de la primera guerra mundial y que en 1930 Alemania fuera el segundo país más exportador del mundo. No obstante la economía alemana presentaba dos problemas que restringían su crecimiento económico que eran: la insuficiencia de la demanda interna y la incapacidad exportadora alemana; todo ello provocaron que durante ese periodo la industria alemana solo pudiera operar entre el 50-80% de su capacidad e hizo que cuando en 1929 se alcanzó el máximo absoluto de 20.500.000 trabajadores fueran despedidos 1.500.000 obreros.  A pesar que Alemania era el segundo país más exportador no conseguía dar salida a todas sus mercancías debido a la discriminación que los países victoriosos ejercían sobre los productos de origen germano. En cuanto a la insuficiencia de su demanda interna radicaba en la diferencia entre salarios y precios, debido a la fuerte cartelización de la industria alemana y a la política deflacionaria de los salarios de los trabajadores industriales. Los proyectos de racionalización industrial se financiaban mediante préstamos de elevado interés con la suposición de crear un mercado de expansión indefinida, suposición puesta en duda desde el principio y que a la larga pasaría factura a la economía alemana, pero en un principio permitió a Alemania progresar más deprisa que las potencias vencedoras de la contienda anterior. El año 1929 es el año de la Gran Depresión que castigará a Alemania con mayor intensidad que a otros países debido a su estructura económica, la consecuencia inmediata fue una subida vertiginosa de las cifras de desempleo; la debacle económica dio alas tanto al Partido del Pueblo Alemán (que representaba los intereses industriales) como al Partido Nacional de Hugenberg (representante del lobby agrario y la oligarquía terrateniente) para agudizar la oposición a la república en sectores de la población, esgrimiendo argumentos propios del conservadurismo más autoritario, de modo que se puso de manifiesto la vinculación de las élites capitalistas con el fascismo. Paradójicamente fueron esas mismas élites las que propiciaron que la Gran Depresión fuera tan acuciante en Alemania, dado el arquetipo económico que habían desarrollado éstas. La agricultura en un principio se había beneficiado de la enorme demanda de alimentos en la posguerra, pero después se sucedieron cosechas extremadamente malas que obligaron a los agricultores a vender sus tierras a cualquier precio. Durante la etapa de resurgimiento económico la agricultura se vio afectada por  el fenómeno de la "tijera de los precios" debido a los elevados precios de los productos industriales,  disminuyó la capacidad adquisitiva de la población, lo que se tradujo en una reducción de los ingresos derivados del consumo de productos agrarios; la oligarquía respondió a esa pérdida aumentando su producción, la cual no conseguía ser absorbida por una demanda con menor poder adquisitivo de modo que la consecuencia fue una progresiva disminución de los precios agrarios y un aumento de la distancia entre el valor del producto agrario e industrial. El gobierno de la República presionado por los terratenientes se vio obligado a intervenir para garantizar la viabilidad económica de la agricultura mediante unos impuestos decretados para las tres cuartas partes de la población alemana no agraria con el fin de conseguir fondos extras para los terratenientes, también se fijó una política arancelaria que permitiera proteger a la agricultura nacional de los productos extranjeros más baratos, sin que esta se viera obligada a aplicar un plan da racionalización que modificara la estructura de la propiedad y aumentase la productividad. De modo que Alemania, durante la Depresión, la población tuvo que hacer frente al pago de unos productos de primera necesidad que eran el doble de caros que en otros países. Sobre la industria solo cabe añadir que dada su cartelización el 2 % tenía a su cargo al 55% de asalariados. Una cartelización de esa magnitud hacía que su política de precios se basara entre acuerdos en vez del equilibrio entre oferta y demanda;  durante la Depresión la productividad industrial disminuyó en un 42% y como consecuencia de la crisis fueron despedidos seis millones de personas.

 

Sin embargo la velocidad con la que crecía el desempleo y el malestar económico en Alemania no explica por sí sola el crecimiento del partido nazi, de modo que aparte del plano económico y del oportunismo mostrado por Hitler, al conjugar en su persona los intereses del Partido del Pueblo Alemán y del Partido Nacional de Hugenberg, para conocer las causas de la ascensión al poder del nazismo, habrá que trasladarse a la esfera social. En relación a la cuestión de las relaciones laborales, hay que señalar las medidas aprobadas por el gobierno en beneficio de los trabajadores, que fueron la ley del seguro del paro en 1927, los seguros de accidente, enfermedad, vejez, vacaciones pagadas y el derecho a la asociación pero este derecho solo se podía ejercer a la hora de la negociación de los convenios colectivos, ya que un rasgo que limitaba en gran medida la proliferación  de una conciencia de clase era la prohibición a la afiliación sindical que venía de hecho en la Constitución de Weimar, este fue otro de los graves errores que presentó la República, ya que la inexistencia de sindicatos hicieron que los trabajadores volcaran su esperanzas en las decisiones del Gobierno de la nación más que en organizarse y presionar  para obtener más derechos, de modo que la izquierda progresivamente iba perdiendo fuerza mientras que la extrema derecha cada vez estaba más envalentonada. La agitación de conciencias y de la arcaica moralidad aun latente en la Alemania de esa época, provino desde el mundo del arte y en algunos casos incluso desde la ciencia, ejemplo de ello son el florecimiento del expresionismo, la Bauhaus, la música dodecafónica; Berlín llegó incluso a rivalizar con París en la Meca de nuevos estilos de arte. Respecto a las obras literarias y cinematográficas polémicas destacan Der Reigen de Arthur Schnitzler, la novela El culpable no es el asesino sino la víctima de Franz Werfel, la Teoría de la Relatividad de Albert Einstein fue tachada de negación nihilista de los valores absolutos, otras obras polémicas fueron Las bodas se hacen en el cielo de Walter Hasenclever, Ecce Homo de Georg Grosz. o El valerosos soldado Schwejk de Jaroslav Hasek. En el teatro destacaron las obras  Hinkermann de Ernst Toller, La viña alegre  de Karl Zuckmayer, Mahagonny de Bertolt Brech o La muerte de Danton, de Georg Büchner. Para poner fin a esta oleada artística revolucionaria Hugenberg se hizo con el control de la productora cinematográfica UFA, y la convirtió en una factoría de películas épico-históricas, militares y de farsas de cuartel, las últimas obras revolucionarias fueron El gabinete del Doctor Caligari, Metrópolis y El ángel azul.

 

La otra cara de la moneda en el mundo de la cultura se encargaron de liderarla las universidades; la mayoría de los catedráticos y académicos alemanes manifestaban preferencias al autoritarismo sobre la democracia, y aunque no se dedicaban a manifestarlo abiertamente, fueron los cabecillas de la difusión de nuevas filosofías, la investigación metafísica del bien y del mal fue sustituida por el historicismo y un existencialismo pervertido, que convertía la irresponsabilidad en norma de vida, fue muy bien acogido entre los estudiantes. Los cuáles en el año 1921 el 77% votaron a favor de un estatuto universitario que excluyera a los no arios de las asociaciones de estudiantes. En 1931 el apoyo que profesaban las universidades al nazismo era el doble que el que le dispensaba el resto de la población, esta oleada nacionalista dio fin a la política moderada: el Partido Democrático desapareció y el Partido del Pueblo Alemán desarrolló una postura pro-autoritaria. El movimiento ultranacionalista se atrajo para sí las inquietudes de las masas de pequeños empresarios promulgando medidas que garantizaran los derechos de las empresas privadas y otorgándolas protección estatal, esta conjunción la manifestaban prometiendo la disminución de impuestos a tenderos, moratorias para los préstamos de pequeños deudores, frenando el desarrollo de grandes almacenes y cooperativas, y en definitiva el control general del mercado en interés de los pequeños. Sobre los tipos de interés de la crisis económica, los nazis vendieron rápidamente su propaganda de "esclavitud del interés" que era un instrumento de alusiones llenas de odio hacia los bancos y prestamistas a quienes se les llamaba "judíos usureros", a los que posteriormente se les hicieron culpables de todos los males de Alemania y a la "judeo-democracia" en referencia a Weimar  como causante de la crisis económica por sus prácticas democráticas había perdido su derecho de existir. Los judíos amenazados buscaron ayuda en los políticos republicanos y en los medios de comunicación social para protegerse del fuerte antisemitismo que estaba calando en la población, la respuesta de la prensa, que en su origen había tachado al antisemitismo de anacrónico, fue de mostrarse mas inclinada a la discreción que a la franqueza y objetividad; y los partidarios de la República, que se encontraban en una posición debilitada y a la defensiva, trataban de eludir por todos los medios el enfrentamiento directo con los creadores  de la cuestión judía. En ese clima el partido nacionalsocialista alcanzó el poder tras unas elecciones el 30 de enero de 1933 con las consecuencias que posteriormente tendría en Europa y en el mundo.

 

Fuente documental: Historia social del Tercer Reich autor Richard Grunberger

0 comentarios